miércoles, 15 de octubre de 2008

1.1

El invierno te sumerge en el declive
del esplendor, invernando en nuestra
nostalgia, grano a grano tu ceniza.

Invadido queda el oro sobre el que recosté
las ganas de vivir, la ilusión se torna
algas, que llegan desde la furia del mar,
hojarascas que el viento aligera sobre
tu espalda, carroña que ni siquiera
despierta la atención de las gaviotas...

1 comentario:

_ dijo...

justo cuando uno al menos tenía alguna razón para atrapar tristezas en gavetas, se viene este temporalillo, las nubes negras que no dejan ver sol alguno o el unico que tenemos cerca. Comienza mi declive (nuevamente), quién sabe hasta cuándo (y ahora sin paraguas)

Saludossss! :*